domingo, 17 de julio de 2016

El podenco andaluz, impresiones

Poco nuevo se puede decir ya sobre el podenco andaluz que no haya sido escrito. El perro rústico, duro, que lo aguanta todo, el más dotado para la caza, un producto directo de la supervivencia, en muchos aspectos casi un animal salvaje.  



He visto podencas que, como el lobo, sólo tenían un celo anual cuando el año venía malo. Pero no es todo salvaje en el podenco, el complemento humano a la evolución natural de la raza le ha aportado unas características que le hacen un gran amigo y compañero. Ese equilibrio entre lo salvaje y lo racional es, bajo mi punto de vista, la clave en la selección del podenco. Hay ejemplares con algunas características en el límite de este equilibrio que han hecho que algunos cazadores les hayan tachado de perros desconfiados y de cazar lejos o para sí. No me parece lo normal en el podenco andaluz y actualmente hay una tendencia bastante generalizada por corregir estos detalles.

En concreto en mi casa, siempre nos han gustado los perros obedientes y de buen carácter. Nuestros perros son encantadores con la familia, son los favoritos de los niños que los abrazan y juegan con ellos a todas horas, no son agresivos con otros perros y mucho menos con las personas. Su instinto de supervivencia les hace ser desconfiados con desconocidos, de primeras no se acercarán a nadie, y menos si su dueño no está presente. Es posible que ladren e increpen a otros perros que no conozcan pero no buscarán la pelea.



Con un mínimo de educación, atenderán perfectamente a la llamada y ante la reprensión por alguna fechoría que pudieran hacer, aprenderán a la primera. Pocas veces habrá que repetir un correctivo por un mismo hecho. Son muy listos, súper inteligentes. Esta característica hace que haya que ser muy justo en el castigo y nunca excederse, pues puede convertirse en contraproducente. A mi primer podenco, le reprendí en exceso por tragarse una codorniz el primer día que salió de caza y nunca me lo perdonó, nunca me entregó una pieza en la mano, aunque traía liebres heridas desde donde no me alcanzaba la vista, me las dejaba a quince pasos. Nunca olvidaré mi gran error y cuando lo recuerdo me recome el arrepentimiento.

Tradicionalmente son perros que han estado en el campo y se han dedicado al cien por cien a la caza bajo el cuidado de cazadores rurales que han buscado la efectividad en lugar de las modas o poses majestuosas de otras razas extranjeras y que a todos nos influye. No obstante, el podenco es un gran perro de compañía, las versiones pequeñas pueden resultar perfectos compañeros de niños y personas mayores que busquen un amigo manejable que con sus actos de lealtad, gran inteligencia y expresividad harán que cada día los queramos más.



Como perros de caza, son máquinas. No creo que haya ninguna otra raza más adaptada a la actividad cinegética, ni tampoco más efectiva. Son incansables y muy resistentes, ni frio ni calor les altera y con poco agua y comida rendirán al máximo. Lo cazan todo, pelo y pluma, mayor y menor, hasta topos y lagartos, todo lo que haya en el campo lo levantará el podenco y es muy raro que se deje caza detrás. Tiene el podenco un gran sentido para la caza en equipo, cazando con otros perros es un espectáculo, siempre se pondrá al otro lado de la mata,  cortando todas las salidas. En cuanto te identifiquen como otro cazador más del grupo lo entenderás, porque siempre intentará dejar la presa entre él y tú, y cuando te identifique como su líder y entienda el poder conseguidor de piezas que te da la escopeta serás su ídolo y lo dará todo por ti y porque no se escape nada. No te harán una muestra estática aunque más de una vez sí que la verás, pero siempre sabrás cuando va a saltar la pieza porque su actitud te lo indicará sin duda alguna. Ya lo creo que hacen muestra, una muestra dinámica que en poco tiempo incluso te permitirá saber qué te va a salir del encame o escondrijo. Por su comportamiento, se puede saber con muy poco margen de error si será un conejo, una liebre, una perdiz o una codorniz, si es caza mayor e incluso si es un zorro, un jabalí o un corzo. Cobran de manera innata y te traerán piezas que pensabas que ni las habías tropezado. La caza mayor herida la rastrean y siguen sin ningún problema, a gran velocidad y marcando con latidos el camino, he visto a una podenca chica seguir a un corzo ladera arriba, sin verle, a más de doscientos metros de él a una velocidad increíble y sin desviarse ni medio metro del camino seguido por el animal.



El podenco es un perro único, un fiel amigo y compañero en casa, muy afectuoso con los suyos, operativo y eficaz en la caza, polivalente en piezas y terrenos, no reconoce obstáculo, muy resistente a fatigas y enfermedades, durísimo, rústico y austero, un superviviente, una mascota en casa que se transforma en un depredador en el campo, donde su actitud activa, despierta y pendiente de todo movimiento, sonido o emanación y sus carreras, saltos y latidos eufóricos ensalzan una belleza natural, salvaje, acorde con el paisaje más agreste y más allá de modas y estampas de diseño.